Historia de la escuela

Mi inicio en el mundo de la salsa salió un miércoles por la noche, cuando me acerqué a un local cerca de casa a tomar algo. Allí vi que todos se conocían, disfrutaban y bailaban con todo el mundo, ¡fue entonces cuando yo quise probar de eso! No me lo pensé dos veces, y al lunes siguiente me apunté en una escuela de Tarragona, donde estuve durante dos meses, ¡mi paso fue gigantesco!

Con tan solo una clase, ya salté al nivel más alto que había y entré en la compañía de baile de la escuela, que, desgraciadamente, se deshizo por diferentes motivos. Con tan solo ocho clases, empecé a trabajar como animador y profesor en “Cayo Largo” (Tarragona) y, a los seis meses, monté mi primer grupo de escuela.

Por causas del destino, se cruzó en mi camino un chico sencillo y elegante bailando, y para mí, un gran animador. Poco a poco, se convirtió en uno de mis mejores amigos y en "mi hermanito": Adrián Chan. Él me ofreció todo lo que tenía en su alcance y me abrió un huequecito en una escuela de Barcelona para que diera mis primeros pasos en la capital. Enseguida comencé a trabajar por los locales más conocidos y de más prestigio de la ciudad. Para mí, esto suponía uno de los objetivos más difíciles de conseguir, puesto que ahí era donde se concentraban los mejores profesores y animadores.

Fui profesor en la escuela “Mojito” (Terrassa) y trabajé como animador en “Manisero”, “Mojito” (Barcelona), “Icarus” y en “Agua de Luna”, uno de los iconos de la salsa por donde han pasado todos los bailarines y animadores de Cataluña, y donde trabajé con mucha ilusión durante tres años y formé parte de un grupo de grandes animadores, como Pototo, Miguel, Jorgito la salsa, Víctor Menéndez, entre otros. Ahí es donde más rápidamente me di a conocer, hice muchos amigos y conocí a gente que me ayudó en cada paso que daba. A esas personas les debo lo que soy ahora.

Me di cuenta que esto iba en serio, así que decidí montar mi propia escuela, la escuela “SalSixto”. La verdad es que fue todo genial: el ambiente, las ganas y sobre todo, los buenos momentos vividos en cada noche, en cada clase, en cada amigo que hacía a través de esas clases y esas animaciones. ¿Mi objetivo? Darle a la gente un sitio donde aprender, pero ante todo, hacerles disfrutar de lo que estaban haciendo. Rápidamente me di a conocer en este "mundillo" y formé parte de una compañía de baile llamada “Salsa Asere”, la cual estaba a cargo de Pototo, uno de los mejores animadores del momento. Estuvimos bailando por muchos locales y congresos de salsa.

Siempre me he considerado un buen profesor y animador de todas las salas de Tarragona y parte de Barcelona, pero a la vez aprendiz, aún hoy sigo aprendiendo allá donde voy. En Tarragona he trabajado en diferentes locales, como “Enjoy”, “Emporio” (Salou), “Grafitti” (La Pineda) “Juanchito”, “Aroma Cubano” (Tarragona), “La Fábrica” (Reus), y como plato fuerte en “Cayo Largo” (Tarragona), lugar donde por muchos años fue el centro principal para los salseros y donde trabajé durante mis primeros cuatro años en el mundo salsero.

La salsa para mí lo es todo, ¿un negocio? Sí, pero también un modo de desconectar de los problemas, un modo de expresar la persona que soy, y una manera de sacarle una sonrisa a todo aquel que está ahí siempre que imparto una clase. Por eso se le llama “salsa”, una mezcla de condiciones, momentos y experiencias donde todas se unen para sacar lo mejor que hay en cada uno de nosotros.

Ya han pasado seis años desde que di mi primer pasito de salsa, y cinco de la escuela “SalSixto” (Marzo de 2006). Son muchas las experiencias vividas y muchos los locales recorridos, pero lo mejor son todos los amigos/as que llevo conmigo. Hoy por hoy, estoy contento de lo que aquel miércoles noche decidí hacer. Desde entonces, mi vida cambió completamente y ha sido diferente de lo que yo pensaba que iba a ser.

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